Cuánto nos cuesta dar el primer paso en muchos aspectos de nuestra vida. Y digo «nos» porque se de primerísima mano de lo que estoy hablando. Para muchos dar el paso supone sudor, lágrimas, palpitaciones, jaquecas, gases, dolores, incomunicación, risa floja… y para otros, pues otro tanto de lo mismo.
Para mí la cuestión es saber el por qué nos cuesta tanto. Porque resulta que, tenemos claro lo que queremos hacer o lo que debemos hacer pero llega la puesta en marcha y …..-nos paralizamos-. Encontramos mil y una excusas más todas las razones posibles que nos convencen de que aún no, que hay que esperar un poquito más o que cuando tenga que ser, será. ¡Ja!
Puede que sea un afán de perfeccionismo o puede que sea un sentimiento de inseguridad o un sentimiento de insuficiencia. A fin de cuentas, todo se resume en lo mismo, aunque lo llamemos de diferentes maneras. Es la falta de valoración por nosotros mismos. Esa falta de reconocimiento y aceptación de quienes somos y cómo somos lo que nos inmoviliza.
Cuando me reconozco, me acepto y me ubico en el momento presente, desde aquí, el primer paso no existe, pues todo es una continuidad. Un paso sigue a otro y todo lo que hago o dejo de hacer tiene un sentido y una sincronicidad que me lleva, paso a paso, por el camino elegido.
El primer paso lo dí el día que aprendí a sostenerme sobre mis dos pies o quizás, el día que vi la luz por primera vez. Hoy, mi primer paso consiste en aceptarme tal cual soy y dónde estoy y aceptar que lo que hago es lo correcto desde dónde estoy, siendo quién soy.
Pilar Méndez,
Holistic Health Coach
Gracias Pilar¡ cuánta verdad en estas palabras…me he visto intentando levantar la pierna y estar bloqueada total…»miedo»…seguro¡¡¡….por todas esas cosas que tu bien dices… y en lo mas hondo uno sabe que son excusas…las respuestas que nos damos, a no lanzarnos…